Dos oraciones de Franco Battiato




Las oigo mаs cercanas, sagradas sinfonмas del tiempo.



Con una idea; que somos seres immortales,


caídos en la oscuridad, pobres condenados


por los siglos de los siglos hasta curar completamente.


Mirando el horizonte, un aire de infinito me conmueve.


Tambiйn a veces la clara insidia de la luna


dentro de la noche me hace vivir en aparente inutilidad


en este mar de confusiones.


Y somos ángeles caídos en el planeta Tierra,


sin memoria de donde venimos,


hasta curar completamente.






Defiéndeme de las fuerzas contrarias,


en el sueño nocturno cuando no soy consciente,


cuando mi sendero se hace incierto.


Y no me dejes nunca más,


no me dejes nunca más.


Devuélveme a las zonas más altas,


a uno de los reinos de calma.


Es tiempo de escapar de estos ciclos de vidas.


Y no me dejes nunca más,


no me dejes nunca más.


¿Por qué los gozos del más profundo afecto


o del anhelo más sutil de pulso


sólo son la sombra de la luz?


Recuérdame lo infeliz que me siento


lejos de todas tus leyes.


¿Cómo no malgastar el tiempo que me queda?


Y no me dejes nunca más,


no me dejes nunca más.


¿Por qué la paz de ciertos monasterios


o la armonía vibrante de todos mis sentidos


sólo son la sombra de la luz?